Breves reflexiones sobre la traducción literaria


¡Traición!, 1798.
Richard Newton (1777-1798).

Hace unos días, leía este interesante artículo de Maria Consolata Pangallo (Universidad de Turín) sobre la traducción entre lenguas afines, donde se analiza el caso concreto de la novela contemporánea. ¿Cuándo una traducción es fiel? ¿Hasta qué punto lo es? ¿Y fiel a qué: al sentido del texto, al autor, a la lengua de llegada, al lector? ¿Cuánto hay de verdad en el famoso dicho italiano "Traduttore, traditore"?
El propósito que se desea manifestar aquí es el de proponer algunos ejemplos de traducción en los cuales se intenta marcar la perspectiva actual del traductor y algunas entre las muchas dificultades que se pueden encontrar en el acto de la traducción. Como afirma Amparo Hurtado Albir en La notion de fdélité en traduction (1990), hay que recordar que las traducciones entre lenguas afines no resultan más fáciles con respecto a las traducciones entre idiomas más lejanos.
Es justamente al realizar una traducción desde una lengua cercana cuando se presentan más dificultades, y esto porque la traducción no es: "une opération de langue a langue mais une opération de sens à sens" (Hurtado Albir, 1990: 206). Y si la traducción no es una operación entre lenguas, sino más bien se realiza a nivel de sentido, las similitudes lingüísticas pueden crear una contaminación exagerada entre idiomas e impedir el desarrollo de las fases de la traducción:

La proximité des langues, bloquant la séparation nette entre les deux, freine le développement successif des phases (comprensión-déverbalization-réexpression) et le traducteur peut succomber au piège de traduire la langue sans interpréter le texte (Hurtado Albir, 1990: 206).

Con "fases de la traducción" me refiero a lo que Hurtado Albir considera una triple perspectiva de la traducción: a) como acto de comunicación, b) como operación textual y c) como actividad cognitiva.
En primer lugar se considera la traducción como acto de comunicación; su finalidad es comunicativa: "Se traduce para comunicar, para traspasar la barrera de incomunicación debida a esa diferencia lingüística y cultural; la traducción tiene, pues, una finalidad comunicativa" (Hurtado Albir, 2001: 28). La acción de reproducir o reformular un texto en otra lengua y cultura, no sólo incluye el aspecto estrictamente lingüístico sino también las intenciones comunicativas que están detrás de la lengua. 
En segundo lugar la traducción es una operación textual, que se realiza entre textos y no entre lenguas, y esto quiere decir que hay que tener en cuenta los elementos internos y los mecanismos de un texto. Entre los elementos internos, la coherencia y la cohesión textual; y sobre todo, los diferentes tipos y géneros textuales. Sin entrar en las problemáticas relativas a los géneros textuales y a los ámbitos temáticos, es evidente que son muy distintos los rasgos específicos de un texto literario, de un texto técnico (económico, médico, jurídico, etc.) o un texto general (periodístico, de información general, publicitario, etc.). 
En nuestro caso, en los ejemplos que voy a proponer, nos encontramos con problemáticas traductivas relativas a textos literarios. Amparo Hurtado Albir describe de la siguiente forma las características más evidentes que hay que tomar en consideración en el momento de traducir un texto literario:

En efecto, en los textos literarios se da un predominio de las características lingüístico-formales (que produce la sobrecarga estética), existe una desviación respecto el lenguaje general y son creadores de ficción, Además, los textos literarios se caracterizan porque pueden tener diversidad de tipos textuales, de campos, de tonos, de modos y de estilos. Así pues, pueden combinar diversos tipos textuales (narrativos, descriptivos, conceptuales, etc.), integrar diversos campos temáticos (incluso de los lenguajes de especialidad), reflejar diferentes relaciones interpersonales, dando lugar a muchos tonos textuales, alternar modos diferentes […] y aparecer diferentes dialectos (sociales, geográficos, temporales) e idiolectos […]. Todas estas peculiaridades caracterizan la traducción de esos textos y condicionan el trabajo del traductor (Hurtado Albir, 1990: 63).

El aspecto que plantea más dificultades al traducir un texto literario es la unicidad de cada obra literaria. Como sugiere Lorenza Rega, el traductor literario "si trova in prima istanza davanti alla difficoltà data dall'impossibilità di individuare delle regolarità ad esempio di tipo morfosintattico o lessicale all'interno di opere letterarie di autori diversi anche viventi nella stessa epoca […]" (Rega, 2001: 51). Y podríamos añadir que estas dificultades se presentan también en el interior de la producción de un mismo autor. 
La tercera perspectiva a la que aludimos antes es la traducción como actividad cognitiva. O sea, comprensión del texto por parte del traductor, como proceso mental para entender el sentido del texto: colocarlo primero en su contexto y luego reformularlo con los medios de otra lengua. Para seguir con las reflexiones de Amparo Albir: "Se trata de interpretar primero (el texto, el contexto, la finalidad de la traducción), para comunicar después" (Hurtado Albir, 2001: 41).
Los estudios sobre traductología de los últimos años evidencian cuánto ha cambiado la situación del traductor y, sobre todo, ponen de manifiesto la perspectiva más amplia que ha adquirido esta disciplina. El acto traductivo presenta peculiaridades no sólo relativas a aspectos lingüísticos, sino también extralingüísticos y culturales. Entre los especialistas, Paola Faini nos describe la importancia de los aspectos culturales relativos a la traducción en Dalla teoria alla pratica (2004). Ella considera la traducción como algo mucho más amplio respecto al hecho lingüístico, es decir, al simple pasaje de un idioma a otro:

L’atto del tradurre […] comporta, oltre al confronto tra due sistemi linguistci diversi, anche il confronto tra due culture diverse. Se la comprensione testuale, in tutte le sue implicazioni, rappresenta l’obiettivo primario della traduzione, il raggiungimento di tale obiettivo passa inevitabilmente attraverso il rispetto dei dati della cultura di partenza, e il conseguente loro inserimento nel contesto culturale di arrivo, affinché chi si accosta al testo tradotto non avverta l’imposizione di una cultura che potebbe essergli profondamente estranea (Faini, 2004: 17).

Una descripción panorámica y al mismo tiempo sintética de los estudios sobre traductología a partir de la segunda mitad del siglo XX, de los estudiosos que se han ocupado (y se ocupan) de traducción y de los principales cambios de perspectiva que se han producido se puede encontrar en el volumen de la estudiosa noruega Siri Nergaard. Además, este texto recoge una serie de importantes estudios sobre traducción publicados entre 1960 y 1990 por autores de relieve como Jurij Lotman, Roman Jakobson, Gideon Toury, James Holmes, Jacques Derrida, Octavio Paz y otros.
Lo que me interesa subrayar en esta ocasión es el cambio de perspectiva (relativamente rápido) que se ha producido en traductología. En este sentido, me refiero a la descripción que propone Nergaard sobre la evolución de los estudios de traducción. La estudiosa noruega reparte en tres principales períodos dichos estudios: un primer período (años 50-60) en el cual surgen los primeros estudios teóricos que se dirigen hacia un estudio descriptivo y sistemático de la traducción. Este período generalmente se define como "ciencia de la traducción". El campo de interés de los estudiosos (generalmente lingüistas) es el pasaje de una lengua a otra, casi no se considera el texto y menos todavía los aspectos extralingüísticos y extratextuales. En los mismos años 50-60, Roman Jakobson publica un artículo muy conocido, "Aspetti linguistici della traduzione in Saggi di Linguistica generale" (1966), en el cual describe tres tipologías de traducción debidas al hecho de que el signo lingüístico se puede interpretar en tres maneras: según se traduzca en la misma lengua, en otro idioma, o en un sistema de símbolos no lingüísticos. Este artículo vio la luz por primera vez en Brower, Reuben Arthur (ed.), On Translation. Cambridge: Harvard University Press, 1959, pp. 232-239.
El primer tipo es la traducción endolingüística, o reformulación, realizada entre un hablante y un destinatario que hablan el mismo idioma por medio de otros signos lingüísticos. El segundo tipo es la traducción interlingüística, que es la interpretación de signos lingüísticos mediante otro idioma, y es lo que tomamos en consideración aquí. El último tipo es la traducción intersemiótica o trasmutación, que consiste en interpretar los signos lingüísticos por medio de un sistema de signos no lingüísticos.
Entre los primeros estudios sobre traducción, no puede olvidarse a George Mounin, que ofrece una visión muy completa sobre la disciplina, empezando por una descripción histórica (a partir de los orígenes) para llegar a las principales teorías a él contemporáneas. A continuación Mounin comenta las primeras reflexiones sobre la traducción, repartiéndolas por áreas geográficas en las que nacen y se desarrollan; luego describe y clasifica la traducción según las tipologías de los textos (traducción técnica, literaria poética, teatral, etc.) y, finalmente, describe también las figuras del intérprete y del traductor.
Pero lo que más nos interesa es que Mounin subraya cómo el problema mayor en la traducción siempre ha sido y sigue siendo la fidelidad:

[…] il grande problema teorico che dominerà la trduzione per duemila anni: se bisogna essere fedeli alle parole del testo (traduzione letterale) o al pensiero contenuto nel testo e si tratta allora della traduzione libera o letteraria, dell'adattamento, della «bella infedele » (Mounin, 1965: 31).

En las décadas de los años setenta y ochenta empieza a cambiar la perspectiva: el campo de investigación ya no es sólo la lengua sino los textos en su entereza, y también los textos literarios. Se empieza a analizar el proceso traductor: si antes la actitud era teórica, con finalidad de establecer normas y criterios científicos para la práctica, ahora se estudia el fenómeno de la traducción en sí, para entender el acto traductivo. Ya no se intenta reducir la traducción a reglas de equivalencias lingüísticas, sino que se identifican y estudian los elementos que actúan en la traducción. En traductología se realiza una evolución paralela a la de la lingüística textual, se pasa del análisis de la palabra y de la frase al análisis del texto. [Gideon Toury, en In Search of a Theory of Translation, The Porter institute of Poetics and Semiotics, Tel Aviv University (1980), pp. 11-18, aclara muy bien que un cambio importante de perspectiva se debe al mayor interés de los estudiosos por las relaciones intertextuales con respecto a las interlingüísticas.]

La tercera generación a la que alude Nergaard identifica a los estudiosos y los trabajos que se han desarrollado en los últimos veinte o treinta años. La disciplina ya no se define como ciencia ni como teoría, sino más bien como ámbito de estudio. Justamente por su carácter tan amplio, algunos estudiosos definen este período como Translation Studies. En efecto esta definición de los estudios sobre la traducción empezó a utilizarse ya a partir del congreso sobre traducción y literatura que se celebró en Lovaina en 1976, cuando André Lefevere propuso utilizarla para indicar el análisis de los problemas pragmáticos y teóricos de la traducción (incluyendo la traducción literaria y no literaria, oral y escrita); aunque hay que recordar que el término lo utilizó por primera vez James S. Holmes.
James Holmes en su Translated! Papers on Literary Translation and Translation Studies dedica un capítulo entero a la descripción de "The Name and Nature of Translation Studies", y después de unas reflexiones sobre la terminología habla de Translation Studies como un campo de estudios:

As a field of pure research […] translation studies thus has two main objectives: (1) to describe the phenomena of translating and translation(s) as they manifest themselves in the world of our experience and (2) to establish general principles by means of which these phenomena can be explained and predicted (Holmes, 1988:71).

Holmes reparte en dos ramas los estudios, según sus objetivos: 1) la descriptive translation studies, esa parte de la disciplina que analiza y describe la traducción en sus aspectos concretos (como acto subjetivo), 2) la theoretical translation studies, rama de estudios relativa a las normas que permiten explicar los fenómenos traductivos (Holmes, 1988: 71). 

Entre los aspectos que se describen, lo que me parece importante subrayar es que actualmente la traducción se considera y se define por encima de todo como acto de comunicación entre culturas (Pym, 1992; Lefevere, 1992b). Esto quiere decir que en el momento de traducir hay que tener en cuenta no sólo el texto sino, y sobre todo, los contextos: tanto el de salida como el de llegada. 

A este propósito, Gianfranco Folena en 1991 decía: "ogni civiltà nasce da una traduzione […] almeno a partire dal latino la nozione del tradurre assume un’importanza fondamentale nel costituirsi di nuove tradizioni linguistico-culturali" (Folena, 1991:7). Algunos años después, en 2004, Paola Faini sigue con el mismo planteamiento:

L’atto del tradurre, in questa visione che lo colloca in un contesto assai più ampio di quello puramente linguistico, va ben al di là di un processo meccanico o di un semplice trasferimento. Esso comporta, oltre al confronto tra due sistemi linguistici diversi, anche il confronto tra due culture diverse (Faini, 2004: 17).

La estudiosa insiste sobre el hecho de que en un primer momento se debe conocer y comprender el texto en su lengua y cultura de origen, y después hace falta insertar el texto en el contexto cultural de la lengua de llegada:

Se la comprensione testuale, in tutte le sue implicazioni, rappresenta l'obiettivo primario della traduzione, il raggiungimento di tale obiettivo passa inevitabilmente attraverso il rispetto dei dati della cultura di partenza, e il conseguente loro inserimento nel contesto culturale di arrivo, affinché chi si accosta al testo tradotto non avverta l'imposizione di una cultura che potrebbe essergli profondamente estranea (Faini, 2004: 17).

Siempre con referencia a la relación entre traducción y cultura, Stefano Arduini marca la mayor importancia que, según él, debe tener el contexto del texto traducido, y dice: "Se tradurre significa adottare strategie di volta in volta diverse, si può allora tentare di riformulare il messaggio alla luce di una ricostruzione che però è sempre orientata dalla cultura in cui quella ricostruzione viene effettuata" (Arduini, 2007: 31).
 
En concreto, muchas veces al traducir nos encontramos con referencias a situaciones históricas o culturales que pueden presentar dificultades de reproducción en el texto de llegada y en el contexto del lector último. En ocasiones nos vemos obligados a "perder" algo y, por lo tanto, a intentar "compensar" la pérdida con alguna información. He utilizado aquí la terminología que propone Umberto Eco cuando habla de esta problemática relativa a la traducción:

Ci sono delle perdite che potremmo definire assolute. Sono i casi in cui non è possibile tradurre, e se i casi del genere intervengono, poniamo, nel corso di un romanzo, il traduttore ricorre all'ultima ratio, quella di porre una nota a piè di pagina […]. Un esempio di perdita assoluta è dato da molti giochi di parole[…]. Per fortuna questi casi non sono frequentissimi. Nella maggior parte degli altri casi intervengono problemi di perdita, sempre parziale […] a cui possono essere fatti corrispondere dei tentativi di compensazione (Eco, 2003: 95-96). 

Hablando de pérdidas y compensaciones es inevitable volver a las problemáticas relativas a la fidelidad en la traducción. Umberto Eco, respecto a este tema, pone en evidencia su concepto muy personal de traducción fiel con estas palabras:

Ma il concetto di fedeltà ha a che fare con la persuasione che la traduzione sia una delle forme dell'interpretazione e che debba sempre mirare, sia pure partendo dalla sensibilità e dalla cultura del lettore, a ritrovare non dico l'intenzione dell'autore, ma l'intenzione del testo, quello che il testo dice o suggerisce in rapporto alla lingua in cui è espresso e al contesto culturale in cui è nato (Eco, 2003: 16).

Hay que tener en cuenta que Eco habla desde una perspectiva muy particular, o sea, como autor de obras que han sido traducidas a muchos idiomas, y que él mismo puede comprobar si y cómo se ha respetado la intención del autor. Justamente por este motivo, el estudioso diferencia entre fidelidad al texto y fidelidad al autor; según él, lo que importa es la fidelidad para recrear la intención del texto y no la del autor.

Una posición parecida respecto al concepto de fidelidad en la traducción se encuentra en Hurtado Albir, que así describe el término: "Fidelidad expresa únicamente la existencia de un vínculo entre un texto original y su traducción, pero no la naturaleza de ese vínculo; hace falta, pues, caracterizarlo" (Hurtado Albir, 2001: 202).
La estudiosa centra el problema en el traslado del sentido de un texto a otro y no en su aspecto lingüístico. Es una fidelidad al sentido del texto y no al texto: "[…] propugnamos el principio de la fidelidad al sentido; este principio se concretiza en fidelidad a lo que ha querido decir el emisor del texto original, a los mecanismos propios de la lengua de llegada y al destinatario de la traducción" (Hurtado Albir, 2001: 202).

Adaptando la línea de la misma Hurtado Albir, podemos notar que en la fase de la comprensión de un texto se concretiza el primer parámetro de fidelidad: "La fidélité à l’original ne se situe pas au niveau des mots, ni du contenu, ni de l’époque, mais au niveau du vouloir dire de l’auteur, genèse du sens qu'ils transmettent. [...]" (Hurtado Albir, 1990: 115). O sea, la fidelidad en primer lugar debe realizarse con respecto al sentido del texto, que es la intención del autor, su vouloir dire. Pero la traducción también tiene que ser fiel a la lengua de llegada del texto y al destinatario de la traducción: "Si l'on ne reste fidèle qu'à un seul de ces paramètres et qu'on trahit les autres, on ne sera pas fidèle au sens. Une traduction qui n'est pas claire pour son destinataire ou qui présente des erreurs de langue n'est pas une traduction fidèle au sens" (Hurtado Albir, 1990: 118).

Es evidente que en el intento de rendir fidelidad al texto original participan: a) la subjetividad del traductor, b) la historicidad (como contexto histórico y cultural) y c) la funcionalidad del texto (finalidad de la traducción). En los últimos años, el concepto de fidelidad ha sido estudiado e interpretado bajo distintas perspectivas por los estudiosos de traductología, pero estas indicaciones generales me parecen ya de por sí suficientes. 

CONSOLATA PANGALLO, Maria. "La novela contemporánea española: ejemplos de traducción entre lenguas afines (español e italiano)" [artículo íntegro], en Artifara n.º 9, 2009.