Entre 1938 y 1975, Hollywood produjo más de 50 películas que incluían referencias a la guerra civil española. Pero la versión que llegó a los espectadores fue cambiando en función de los intereses políticos de la Casa Blanca.
Casablanca, Por quién doblan las campanas, Las nieves del Kilimanjaro... El documento rescata escenas míticas del mundo del cine. Es así como el material de ficción se ve mágicamente convertido en material de archivo, así como recordamos a Barbra Streisand y Robert Redford en Tal como éramos (cuyo guionista aparece en el documental) o a Henry Fonda de campesino español, arengando a un grupo en Bloqueo. Una historia, insiste Oriol Porta, "que debía contarse desde aquí, antes de que lo hicieran desde allí".
El hilo conductor es el impresionante testimonio de Alvah Bessie (Nueva York 1905-San Francisco 1985), guionista que luchó como brigadista en España. Bessie fue uno de Los 10 de Hollywood, el grupo de hombres –profesionales del cine entre los que había productores y guionistas– que se rebelaron contra el Comité de Actividades Antiamericanas durante la caza de brujas. Perseguido por activos del maccarthismo, acabó pasando un año en prisión. Otros testimonios –Arthur Laurents, Walter Bernstein, Román Gubern, entre otros– aparecen en el documental, detallando cómo la causa republicana impactó en muchos artistas que se comprometieron con ella. La cúpula política se encargó de enmascarar ese sentimiento.
Los modos en que lograron modificar el mensaje de los filmes fueron múltiples y sibilinos. Uno de los más comunes era modificar el contenido de las frases en el doblaje al castellano. Así fue como a Bogart, en Casablanca, se le cambió el discurso para que no dijera –como decía– que había luchado a favor de la República en la guerra civil española.
Si la mano del censor franquista llegó hasta Hollywood también fue porque desde allí había quien lo permitía, claro, pero casi nunca eran los actores, que en su mayoría se mostraron simpatizantes con la causa republicana. En el filme documental se suceden escenas míticas: las siluetas de Lauren Bacall y Humphrey Bogart manifestándose en plena calle contra la caza de brujas, los rostros de Ingrid Bergman y Gary Cooper en Por quién doblan las campanas o del propio Ernest Hemingway, que, comprometido hasta el final, pedía disparar desde primera línea de fuego.
Aunque Oriol Porta insista en definirse como "novato y enemigo de la palabra espectáculo", su película ha logrado ya el premio al mejor documental en el New York International Independent Film & Video Festival, el segundo premio en la sección Tiempo de Historia en la Seminci y un lugar en la sección oficial del Festival des Films du Monde de Montreal. Su mérito, dicen, es mostrar su verdad y reivindicar la necesidad de recobrar el compromiso político en el cine.
Han sido nueve años de investigación, búsqueda y documentación en la que también ha participado el hijo de Alvah Bessie, Dan, recordando a su padre. "Yo tenía seis años cuando mi padre volvió de la guerra en España. De pequeño, en la escuela, se burlaban de mí por ello. De mayor se lo agradecí". Admira, especialmente, su denuncia de la connivencia entre la industria del cine y las políticas americanas.
Antes de morir, Alvah Bessie dejó escrito lo siguiente: "Estoy más orgulloso de haber participado en la guerra civil española que de cualquier otra cosa que haya hecho en mis ochenta años".
ESCUR, Núria. "La censura manipuló la guerra civil española en el cine de Hollywood", en La Vanguardia, 14/10/2009
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