Traducir es decidir



La traducción como toma de decisiones

Wilss (1988, 1996) aboga por un enfoque cognitivo de la traducción que, en su opinión, ayudaría a abolir la creencia de que la traducción es sólo una cuestión de reproducción mecánica de un texto en otra lengua. Wilss opina que la reproducción en una lengua es sólo el estadio final de una cadena de operaciones mentales en las cuales interactúan los procesos de análisis, interpretación, comparación, analogía, inferencia, sopesamiento de posibilidades, planificación, solución de problemas, ec. De este modo, la traducción no puede representarse a través de un modelo lineal de descodificación / codificación. Según Wilss, la traducción es un comportamiento inteligente, que consiste en la capacidad de dirigir la actividad traductora según determinados principios y en interaccionar el "saber qué" (conocimiento declarativo) y el "saber cómo" (conocimiento operativo). La traducción se considera, además, una actividad de resolución de problemas, y un proceso de toma de decisiones y de elección en el que intervienen mecanismos como la creatividad y la intuición.

[...] Wilss señala que necesitamos describir el comportamiento sobre la toma de decisiones en términos de una interacción entre el sistema cognitivo del traductor, sus conocimientos, las especificaciones de la tarea y el "espacio de problemas", que desempeña un papel decisivo a la hora de determinar el comportamiento sobre la toma de decisiones; en su opinión, estos cuatro factores influyen profundamente en la actuación de la toma de decisiones en traducción y requieren mucha más atención de la que se les ha prestado hasta la fecha.


[...] Cualquier proceso de toma de decisiones es una actividad compleja que debe satisfacer cuatro necesidades: verificación, verosimilitud, adecuación situacional (contextual) y orientación de valores (sopesamiento de factores).

[...] En el caso de la traducción, la cuestión es más complicada al tratarse de una actividad lingüística derivada (la transformación de un texto en otro texto) y que, como cualquier forma de uso del lenguaje, está rodeada de factores como limitaciones de la memoria, falta de atención y conocimientos, factores actitudinales, interferencias, etc., por lo que no puede ser tratada de forma simple mediante oposiciones binarias.

[...] Basándose en Corbin, Wilss distingue seis fases en el proceso de toma de decisiones: 1) identificación del problema; 2) clarificación del problema (descripción); 3) búsqueda y recogida de información previa; 4) deliberación sobre cómo proceder (comportamiento previo a la elección); 5) momento de la elección; 6) comportamiento posterior a la elección (evaluación de los resultados de la traducción). Ahora bien, puede darse el caso de que se produzcan obstrucciones en cualquier fase, que pueden interrumpir o retrasar el procedimiento de toma de decisiones; se producen, pues, límites y solapamientos entre ellas.

HURTADO ALBIR, Amparo. Traducción y traductología: Introducción a la traductología, Madrid: Cátedra, 2001 (pp. 346-348).