Cubierta de la edición de 2011. |
En mis primeros tiempos de ganapán literario [...], mi pluma, o mi pequeña "Erika", se afanaba en la tarea de traducir, que es agradable y fructuosa cuando se ejecuta por placer, pero ingratísima y abominable si uno ha de vivir de su ejercicio, pues, como toda labor a destajo, conduce a la autoexplotación más despiadada: el trabajador extiende su esfuerzo hasta el límite de la extenuación.
AYALA, Francisco. Recuerdos y olvidos. Madrid: Alianza Editorial, 2006.
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