Traducción a la lengua vasca

Mujeres vascas a orillas del mar, 1871.
J. Veyrassat (1828-1893).

A pesar de la centralidad de la traducción en la literatura vasca, el estudio de esta actividad es un ámbito relativamente inexplorado en el País Vasco, tal como muestra la relativa falta de trabajos publicados en ese campo. Aparte de datos sobre los porcentajes de traducción a lo largo de la historia, ofrecidos por autores como Ibon Sarasola (1975) y Joan Mari Torrealdai (1979, 1997, 2005) en sus investigaciones sobre la literatura vasca, existen aún muy pocos estudios sobre la actividad de traducción. El informe más comprehensivo sobre la historia de la traducción vasca es la obra Euskal Itzulpenaren historia laburra de Xabier Mendiguren Bereziartu (1995), si bien también las obras de Manu Lopez sobre la literatura infantil y juvenil (LOPEZ 2000, 2005) realizan una importante contribución al estudio del papel de la traducción en el sistema literario vasco. El esfuerzo realizado por EIZIE (Asociación de Traductores, Correctores e Intérpretes de Lengua Vasca) de ofrecer una lista de todas las obras traducidas a la lengua vasca es también digno de mención: su catálogo on-line incluye más de 6.990 traducciones.

[...] Según la obra Euskal Itzulpenaren historia laburra de Xabier Mendiguren Bereziartu (1995), está claro que la mayoría de las traducciones anteriores a 1975 eran textos religiosos, y que el modo de traducir estaba condicionado por la necesidad ideológica de reproducir fielmente la palabra de Dios.

La primera traducción a la lengua vasca -que fue, de hecho, el segundo libro publicado en la corta historia de la literatura vasca, iniciada con el Lingua Vasconum Primitiae de Bernart Etxepare, en 1545- fue, tal como he mencionado anteriormente, el Nuevo Testamento de Joanes Leizarraga (1571). La traducción fue considerada una obra maestra y estableció las bases de la traducción literal.

Durante el siglo XVII, la mayoría de las obras traducidas eran libros ascéticos, si bien también se tradujeron proverbios de diferentes idiomas. Entre los traductores de este periodo podríamos mencionar a Joanes Etxeberri de Ziburu, Joanes Haranburu, Arnaut Oihenart y Pedro Axular.

En el siglo XVIII, la traducción se caracteriza por las múltiples traducciones de la Biblia (Betri Urte, Joanes Haraneder y Joaquin Lizarraga de Elkano, entre otros), así como por los diversos intentos de elevar la lengua vasca al estatus de "lengua de cultura" (Manuel Larramendi, Agustin Kardaberaz, Joan Antonio Mogel y otros).

Las traducciones más famosas del siglo XIX son las realizadas bajo la dirección del príncipe francés Bonaparte. Bonaparte se interesó por la lengua vasca, y con objeto de analizar los diferentes dialectos de esta lengua solicitó a un grupo de escritores la traducción de algunas partes de la Biblia a sus respectivos dialectos vascos.

Tras la pérdida de los "fueros" vascos (privilegios legislativos especiales) en 1876, se produjo un incremento de la preocupación por la historia nacional, la cultura y la lengua vasca, y ello condujo al florecimiento de la literatura. En ese grupo podríamos mencionar a traductores como Toribio Alzaga, Gregorio Arrue, Resurrección María Azkue y Manual Arriandiaga.

[...] Nikolas Ormaetxea (Orixe) inició la era de la traducción libre. Después de ganar un concurso literario en 1928, con la traducción desde el castellano del quinto capítulo de El Quijote, este autor también tradujo El Lazarillo de Tormes, en 1929. En esta época de traducción libre deberíamos también mencionar a Jokin Zaitegi, Andima Ibiñagabitia, Bedita Larrakoetxea y otros. Muchas de sus traducciones fueron publicadas en revistas literarias, tales como Euzko Gogoa, Olerti y Egan. Además de obras de autores clásicos (Eurípides, Platón, Sófocles, Horacio, Ovidio, Virgilio, etc.), también otros autores importantes como Shakespeare, Cervantes, Longefellow, Wilde y los hermanos Grimm fueron incorporados a la lengua vasca. La contribución realizada por el famoso escritor vasco Gabriel Aresti a la traducción es también digna de mención. La tendencia a la traducción libre permanecería en vigor hasta la década de 1960, época en la que una nueva generación de escritores vascos empezó a tomar un camino diferente en la literatura y en la traducción, de la mano de autores como Joxe Azurmendi, Txillardegi, Ramon Saizarbitoria y, algo más tarde, Bernardo Atxaga.

El final del régimen de Franco (1975) marcó un punto de inflexión para la literatura y la traducción vascas. Con la aprobación de una nueva Constitución en España, la lengua vasca adquirió estatus de cooficialidad con el castellano en la Comunidad Autónoma Vasca, lo cual condujo a la difusión de la lengua vasca en diversos ámbitos (educación, administración, medios de comunicación) y creó una nueva necesidad en el campo de la traducción. Lógicamente, hubo un notable paralelismo en la producción literaria vasca. Pero este incremento no habría sido posible sin la ayuda de libros traducidos (especialmente en el campo de la literatura infantil). Se produjo una proliferación de editoriales vascas, en 1979 se creó la primera escuela de traducción (Martuteneko Itzultzaile Eskola), y desde septiembre de 2000 la Universidad del País Vasco ofrece una licenciatura en Traducción e Interpretación.

En la actualidad, una de las actividades más intensas de traducción literaria en el País Vasco es la traducción de obras de literatura infantil y juvenil. Según un estudio realizado por Manu Lopez (Lopez 2000), la literatura infantil cubre aproximadamente el 72% de toda la literatura traducida a la lengua vasca. Los principales idiomas desde los que se traduce son el castellano, el inglés y el catalán. En los veinte años siguientes a la muerte de Franco (1976-1995) se tradujeron 1.500 libros a la lengua vasca en el ámbito de la literatura infantil, la mayoría de ellas en el marco de las numerosas nuevas series y colecciones para niños creadas por editoriales como Gero-Mensajero, Hordago y Elkar, y posteriormente por Pamiela, Ttarttalo, Ibaizabal, S.M y otras. Puede decirse que la función principal de este tipo de traducción era llenar el vacío existente en diversas áreas que estaban subdesarrolladas en la lengua vasca, así como responder a la gran demanda del sistema educativo.

Dejando a un lado la literatura infantil y juvenil, la iniciativa más importante dirigida a hacer llegar la literatura mundial a los lectores en lengua vasca es la serie denominada "Literatura Unibertsala", un proyecto iniciado en 1989 tras diversas reuniones entre la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco y EIZIE (Asociación de Traductores, Correctores e Intérpretes de Lengua Vasca), mediante el cual se acordó realizar cada año un concurso de traducción destinado a promover la realización de traducciones de calidad de clásicos seleccionados. No resultó fácil establecer una lista canónica de "obras maestras" a traducir, puesto que dicha lista podría variar notablemente en función de los criterios elegidos para la selección (por ejemplo: longitud y calidad del texto, tendencias generales del mercado, accesibilidad y posibilidad de traducción). En cualquier caso, todo el mundo estuvo de acuerdo en que una asociación como EIZIE no debería ignorar la necesidad de traducir aquellos títulos que han alcanzado aceptación a nivel mundial, así que finalmente se decidió que la lista constaría básicamente de obras escritas por autores clásicos de los siglos XIX y XX, enfocadas fundamentalmente hacia la modernidad. El primer concurso de traducción se celebró en 1989 y condujo a la traducción de 7 libros, los cuales fueron publicados en colaboración con la editorial Ibaizabal , con la ayuda del Gobierno Vasco. Desde entonces, cada año se ha traducido una cantidad similar de libros, si bien en la actualidad se publican en colaboración con las editoriales Elkar y Alberdania. La lista completa de traducciones puede consultarse en la página web de EIZIE (ALDEKOA y OLAZIREGI 2001; AUZMENDI 1990).

JAKA IRIZAR, Airoa. "Literatura en lengua vasca y traducción", en Transcript 2005 [artículo íntegro]. Traducción de Koldo Morales.